martes, 15 de enero de 2008

Resumen de viejas notas de ajedrez y educación II

1.- LA MENTALIDAD FORMATIVA Y LA MENTALIDAD COMPETITIVA

El juego de ajedrez puede ser practicado teniendo como fin distintas orientaciones: se puede practicar por diversión, se puede jugar para mejorar la capacidad de razonamiento o se lo puede utilizar para competir.

Nuestro punto de partida del análisis es esa dicotomía entre práctica lúdica y competitiva.

¿Dónde se ve deben situar los profesores, los entrenadores y los padres?

Empezando por los progenitores se puede aseverar que son los primeros que deben proceder con cautela en cuanto a la voluntad de su hijo y cuales son las ganas que él tiene con respecto al ajedrez. Las ganas por tomar parte en competencias merece ser respetada aunque cuidando los tiempos para no generarle un daño a su pequeño.

Los profesores deben enseñar las tácticas y estrategias del ajedrez, mejorar la capacidad de pensamiento de los niños y hacerles ver el valor del estudio, del esfuerzo en pos del progreso personal. Siendo el ajedrez un juego ciencia podría cada instructor hacer notar a sus alumnos que “la ciencia es sólo un ideal. La de hoy corrige a la ayer y la de mañana a la de hoy” como enfatizó sabiamente Ortega y Gasset.

Los entrenadores no sólo enseñan aperturas, medio juegos y finales, también preparando al ajedrecista ante determinados oponentes y buscan que el joven despliegue el máximo de su potencial en el torneo que tiene por delante siempre teniendo al éxito emparentado con el esfuerzo y no con el triunfo, por ello, sería bueno aplicar la frase tan anónima como verdadera que reza “el fracaso comienza cuando cesa el esfuerzo”.

¿Qué hacemos con estos tres eslabones en la vida ajedrecística del niño? Creo que necesitamos que aúnen criterios para que los mensajes sean claros y edificantes para los pequeños que juegan al ajedrez. Aquí surge como concepto la mentalidad formativa y la mentalidad competitiva.

Padres, profesores y aún entrenadores (que supuestamente preparan para sacar el mejor resultado posible) deben tener como motivo fundamental de su accionar la mentalidad formativa, aquella que ayuda a razonar, a buscar distintos tipos de soluciones a un mismo problema.

La mentalidad competitiva, tendiente a propulsar el esfuerzo y la superación del jugador, es sólo atinente al entrenador quien con suma delicadeza la debe inculcar en el ajedrecista, estando atento a las expresiones que se viertan desde los otros sectores, ya que un mensaje distorsionado o incoherente puede ser absolutamente negativo.

Como conclusión queda claro que la mentalidad formativa está por encima de la mentalidad competitiva y que el profesor que exija resultados a su pupilo lo que está haciendo es forzar su proceso de aprendizaje de tal manera que lo puede malograr; el entrenador por mejores actuaciones que propugne nunca debe dejar de lado el enseñar al jugador el respeto al rival, la ética deportiva más allá de la competición en sí.

Quizás la frase de Concepción Arenal “El hombre que se levanta es aún más grande que el que no ha caído” pueda servirnos a todos – padres, profesores y entrenadores – como idea orientadora de nuestra conducta con respecto a los chicos.

Alejo de Dovitiis, © Marzo de 2006.

2.- EL AJEDREZ COMO HERRAMIENTA PEDAGOGICA

Desde hace ya un par de décadas se considera al ajedrez como algo más que un mero juego, se lo pondera como una actividad que propicia el razonamiento y la meditación, es por ello que muchos educadores y psicopedagogos lo valoran como una herramienta pedagógica.

Antes de adentrarnos en el tema de cómo el ajedrez puede ser utilizado como una herramienta pedagógica es preciso que repasemos un poco el significado de las palabras Educación, Pedagogía y Educando.

Educación

Etimológicamente este vocablo proviene del latín y tiene una doble acepción: “Educare” que significa criar, alimentar, nutrir y “Ex -ducere” que significa conducir, llevar, sacar. Es por ello, que un concepto amplio del significado de educación debe deducirse de la interacción de estos dos vocablos, que más allá de oponerse se complementan. Y así la educación estaría conformada por dos fuerzas que confluyen para modelar al individuo; una externa en la que el medio lo estimula, nutre o alimenta y otra interna por la cual el sujeto puede procesar esos estímulos y lograr su propia configuración. Para un desarrollo pleno del individuo, la dinámica de ambas fuerzas debe ser armónica y equilibrada, sin que una predomine sobre la otra.

Pedagogía

El origen del término Pedagogía, proviene del griego “Paidos” niño y “Agein” guiar. En la antigua Grecia y Roma pedagogo era quien conducía e instruía a los niños. En la actualidad Pedagogía es la disciplina que se encarga de estudiar el hecho educativo; es decir que el objeto de estudio de la pedagogía como ciencia es precisamente la educación.

Educando

Educando es toda aquella persona que es objeto de la educación, es decir quien recibe la influencia de la acción educativa, ya sea que lo haga de manera conciente o de manera inconciente. Es así como en términos generales se puede hablar de “educando” cuando la acción educativa es ejercida sobre el sujeto de manera espontánea y general y de “alumno” cuando esta acción es ejercida en forma precisa y sistemática. El educando es quien asimila, recrea y elabora para su propia comprensión los contenidos o bienes culturales. Es por ello que debe quedar claro que el educando no “absorbe” los conocimientos tal cual y como le han sido suministrados, sino que reacciona ante ellos de una manera propia y particular, adecuándolo a sus intereses, necesidades y sobre todo a su grado de desarrollo biológico y cultural.

El rol del ajedrez

La educación como ciencia tendiente a nutrir a la persona requiere de distintos mecanismos o herramientas para poder llegar eficaz y eficientemente al educando y que este absorba esas enseñanzas para su superación personal.

En su sitio de internet www.ajedrezeducativo.org.ar el Profesor Jorge Laplaza enumera numerosos beneficios que surgen de la práctica del ajedrez:

§ Desarrolla la memoria

§ Aumenta la concentración

§ Propulsa la imaginación y la creatividad

§ Incita a analizar y tratar de predecir las consecuencias futuras de una acción actual.

Estos son algunas de las virtudes del juego de los trebejos. Pero además, como Juego Ciencia que está catalogado, el ajedrez se relaciona y colabora con áreas muy diversas que potencian el acervo cultural del individuo:

§ Se relaciona con Matemática porque lleva a calcular un gran número de jugadas.

§ Eleva la capacidad de investigación al disponer al ajedrecista a indagar sobre nuevas partidas o variantes.

§ Tiene ribetes artísticos al fomentar las creaciones e innovaciones personales en cada juego.

§ Se emparenta con la Psicología al ser una prueba mental donde confluyen nervios, ansiedades, ilusiones y todo tipo de sentimientos.

§ Se muestra colaborador con la tarea de la escuela al mejorar la capacidad de pensamiento en los chicos y al generar en el cerebro más alternativas de solución ante un problema puntual.

En síntesis el ajedrez incentiva al pensamiento y mediante un juego hace que las personas que lo practican sean niños o adultos se encuentren ejercitando sus aptitudes mentales sin siquiera darse cuenta.

En tiempos donde tanto cuesta poner a pensar a la gente, en especial a los pequeños que se hallan atosigados de datos e imágenes rápidas sin una razón de ser, el ajedrez aparece un canal alternativo de pausa, quietud y meditación.

Alejo de Dovitiis, © Mayo de 2006.

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