viernes, 30 de abril de 2010

Ajedrez para cebras: Toma XVII

Ceteris paribus
Vocablo latino que significa a igualdad de las demás cosas, muy utilizado en economía para realizar análisis de alguna variable en particular, pero al parecer poco aplicable al ajedrez. Es muy poco probable que se puede hacer un análisis de un elemento de la posición disociado del conjunto.
Los resultados estadísticos del color que nos toca usar o frente a nuestro puntual rival no deben presionarnos sino más bien el reto de un nuevo juego debe movilizarnos.
Uno debe jugar acorde a la energía del día siendo consciente de la misma (de allí el tipo de posiciones que se ha de buscar).
Hiperteoría
Desde el punto de vista de Rowson solamente hay tres evaluaciones reales: blancas ganan, lo hacen las negras o tablas. Todo lo demás son aproximaciones a la verdad de la posición. A mi entender esas aproximaciones valen en tanto y en cuanto uno las utilice con criterio propio y no creyendo ciegamente en ellas.
A niveles más altos la preparación teórica brinda diferencias que pueden inclinar el resultado, a niveles medios y bajos la apertura pierde fuerza aunque sigue siendo importante por ser la primera fase del juego.
Las tendencias de las que habla Yermolinsky suelen ser más duras de revertir con negras que con blancas (aunque ello no es absoluto). Lo que sí es clave es que cuando el negro comienza a tener una tendencia dominante el blanco (que juega primero y en teoría tiene la iniciativa) debería darse cuenta inmediatamente mientras que al negro le puede costar más darse cuenta de un camino que comienza a ser adverso en su contra.
A todo nivel se comenten errores (suelen cambiar las magnitudes de ellos) pero lo que hay o puede existir entre un jugador y otro es un abismo entre la teoría (relacionado con los conocimientos) y la práctica (relacionada con las habilidades).
No hay que tener miedo a las valoraciones de los libros si uno entiende la posición mediante estudios hechos con su propio esfuerzo.

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